A 45 metros sobre el nivel del mar gaditano se erige uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Cádiz, la Torre Tavira, representación de lo que fueron las torres miradores, vestigio vivo de lo que fue la ciudad dieciochesca que como ya hizo con los fenicios se dedicó al comercio.
Un trocito de la historia que nos acerca a un pasado marinero, romántico, donde el cielo se une con el mar y el visitante observa la cara más oculta de la ciudad, las azoteas.
Desde mi azotea cruzo la mirada con esta torre cuando subo a tender la ropa o cuando me tomo una cerveza delirando con tantas cosas que ver, qué menos que demostrarle un poco de respeto a la vigía de Cádiz dedicándole un dibujo, que es la manera en la que me expreso con libertad.

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